“Los imaginarios no son sólo elaboraciones mentales, son también objetos donde aquellas se encarnan o desde donde ellas provienen”.
Armando Silva.
En la Universidad de Antioquia también se reúnen varias historias y anécdotas de sucesos paranormales que son contados especialmente por aseadoras y vigilantes del turno de la noche en el Alma Mater.
Orlando Montoya lleva 17 años ejerciendo la vigilancia nocturna en la universidad, tanto en el Paraninfo como en la ciudadela. Puertas que se cierran, pasos, sensación térmica que bajan de forma agresiva y pianos que tintinean son unas de las experiencias que relata. Manifiesta sentir presencia de personas en el bloque 24 donde solo habitan máquinas.
Martha es una empleada de los laboratorios de química, que intenta buscarle una explicación física de cómo se cayeron los balones de destilación en una ocasión mientras trabajaba hasta altas horas de la noche en la facultad de Ciencias Exactas.
En la facultad de Ingenierías, bloque 20, se suelen contar historias de fantasmas que mecanografean, chillidos de tiza y objetos de los laboratorios cayendo de forma brusca.
Profesores que dominan las ciencias y disciplinas de la lógica y la razón siguen buscando explicaciones coherentes de estos acontecimientos, aunque a la hora de una entrevista prefieren ser prudentes con el tema.
Todos los bloques tienen sus historias, pero el más remitido es el Museo Universitario (Muua).
Manuel Hincapié, curador de la colección de artes manuales del Muua, explica que por la gran cantidad de elementos arqueológicos guardados en el museo, en ocasiones percibe energías negativas: “mientras estaba en el tercer piso con algunos estudiantes nos tocó ver la sombra de una silueta humana moviéndose por las paredes del lugar, historias como estas es muy común oírlas en lugares como estos”.
En el año 2007 el Museo Universitario fue noticia en los medios nacionales por una grabación donde se observaba una sombra moviéndose rápidamente por instalaciones, pero algunos empleados aseguran que el fenómeno se dio por el cambio de luz (noche-día) de la cámara de vigilancia.
La mayoría de estudiantes pasan desapercibido, sólo escuchan anécdotas de vigilantes, profesores y antiguos alumnos, aunque no ocultan su temor a la hora de quedarse hasta altas horas de la noche en la universidad. Unos prefieren evitar ser parte de estas historias, otros simplemente son escépticos.
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