"No habrá una sola ciudad imaginada, sino muchas maneras de imaginar las ciudades"
Armando Silva.
Medellín, ciudad de fantasmas
Sólo aquellas casas antiguas, o aquellas edificaciones cuyo valor histórico para la ciudad sea invaluable, pueden ganarse la fama de estar “embrujadas”. Rara vez un edificio recién construido o una casa que no haya sido aún habitada, puede ser considerada por sus vecinos como un sitio apto para albergar “fantasmas”.
No se nos hace extraño escuchar a quien pasa por el frente de algún viejo edificio, de un cementerio o de una casona donde antes hubo un asilo, que “acá deben espantar”, “qué miedo entrar ahí en la noche” o “ahí debe haber muchos espantos”. En casi cada rincón de América Latina, donde aún somos tan crédulos y tan propensos al misticismo, existen sitios que cautivan la imaginación y excitan la curiosidad de sus habitantes, sitios que la costumbre y la tradición han denominado como “embrujados” o “encantados”.
Lo cierto es que cada uno de estos lugares, con sus fantasmas y sus misterios, no son otra cosa que la demostración más fiel de que la “conciencia colectiva” es la que otorga el carácter y la identidad que cada sitio posee. Estos lugares por sí solos no fueron enriqueciéndose de leyendas e historias, sino que los episodios dramáticos ocurridos allí, los eventos históricos acontecidos tras sus paredes, fueron enalteciéndolos en la mente de los ciudadanos, hasta convertirlos en referentes urbanos.
Los cinco sitios que en este recorrido virtual visitaremos, pues, dejarán en evidencia que el aspecto físico no identifica tanto a un lugar como sí los imaginarios que la gente va tejiendo alrededor de éste. Con este blog, enfocado en asuntos “paranormales”, queremos demostrar que las creencias y los temores de cada individuo -ciertas o no, comprobables o no- son un pequeño aporte que en suma constituyen la enorme red de conocimientos e imaginarios que son la sabiduría popular, es decir, el verdadero tesoro de los pueblos.